jueves, 26 de julio de 2007

eso no.


No juzgues palabras rotas, que cual cristal penetra tu piel -aún no teniendo razón-pues salen de gargantas quemadas.
No atiendas al que grita, pues su grito no es más que su frustración- y tus oídos no serán los que soporten lo ilógico de sus bramidos -
No escuches no escuches no escuches cuando encuentren tu llaga y aprieten con fuerza, pues no es más que el ataque sucio del débil, que desesperado, lucha por ganar – aún sin pensarlo-.
No mires con rabia a los ojos del falso grito opresor, pues no encontrarás sino odio hacia un llanto- y no hacia el niño que gime detrás-.
No confundas crueldad intolerable por miedo, pero tampoco la aguantes.
No permitas que te paralicen sus voces, pues entonces, sólo entonces, el frío de una mente que encanece, habrá conseguido su fin.
//Que no te lo roben, que es lo único que tenemos y lo poco que nos queda.
Y sonríeme que te vea.

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