viernes, 7 de septiembre de 2007

Rómpelos - o de como observé las cuerdas.-



¿Desde cuando el amor conlleva dolor? ¿Como algo tan tan hermoso puede llegar a ser tan doloroso?. Todo se basa en un simple cambio de bazo. Poner el corazón de uno en manos del otro. Y que te pongan algo tan importante para la felicidad del otro en tus manos. ¡Es todo tan ilógico!. Es una concepción del amor que pasa de piel a piel. Una concepción trágica y dolorosa que solo da lugar a dolor. Poner piel, hueso, sentimiento y pureza propia a manos de otro. Ajeno a ti, exterior a ti. No merezco tener en mano algo tan palpitante y grande. Y nadie merece tener en sus manos mi pálpito. ¿Por qué? Por que es uno el que viene y va, es uno el que tiene que sobrevivir. Es uno el que vivirá consigo todo el tiempo.

Puedo amar, claro. ¡Y como nunca! Puedo amar de la forma más hermosa: en la que ni tú, ni yo suframos. No consiste en entrega total. Consiste en amarnos y ayudarnos. En compartir todo pero manejar las cuerdas de nuestra vida. Dejar a un lado todas las máscaras y todas las capas de moral social que nos han metido a palos y amar. Es de uno de quien depende su felicidad. No podemos dejar que este mundo podrido controle nuestra mente hasta los niveles que lo hace.

Cada uno es un mundo. Un mundo con unas perspectivas y visiones diferentes a las de cualquier otra persona. Y si de verdad queremos y deseamos nuestra y la felicidad de los demás…hay que liberar y quitar cadenas. Como dice el poema de Bucay , hay que abrazar sin asfixiar, mirar sin proyectar nuestras perspectivas en los demás, sostener sin hacernos cargo del otro, conocer sin invadir y aceptar sin más

Es tan simple como esto: no puedo dejar que mi vida, MI VIDA, la única que tengo, lo más bello que podemos poseer, sea manejada por alguien que no sea yo. Es ilógico. Mi felicidad dependería de cualquiera. Y eso es lo único que hemos buscado desde miles y miles y miles de años: FELICIDAD. ¿O no?

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